¡Y, ah! como te amaba, virgen injuriada,
corazón marginado, ablandado por honesto,
mi niña inquieta, mi niña hermosa
en tus labios nazco y ardo, ardo y muero.
Tú, una dicha enteramente proclamada,
una pasión dañosa de un Dios enfermo,
tú, vida amor y gloria
dime como vuelo.
Fernando Escobar.
*Retrato de Helene * Gustav Klimt.